NO HAY MONTAÑA DE MAR

NO HAY MONTAÑA DE MAR
(el día que tiré la mochila al río)
Miraba el río arrastrar un mono. El mono encallaría otro día a los pies de otro hombre. Erika miraba el río, que ahora arrastraba el tiempo y los recuerdos. El tiempo era nuevo, los recuerdos nunca lo fueron.